Confidencialidad y consentimiento en la atención del paciente adolescente

Confidencialidad y Autonomía
La provisión de confidencialidad y la capacidad de los adolescentes de consentir ciertos problemas de salud son la piedra angular de la atención óptima de la salud de los adolescentes. Durante décadas, se ha recomendado que los proveedores de atención médica garanticen la confidencialidad al brindar atención médica a los jóvenes.

La falta percibida de confidencialidad en su atención médica a menudo es mencionada por los jóvenes como una barrera importante para buscar atención. Por el contrario, garantizar la confidencialidad aumenta la satisfacción, el cumplimiento y las visitas de regreso. Esto es especialmente cierto para las preocupaciones que les gustaría mantener en privado de los padres, como la salud mental, el abuso de sustancias y la salud sexual. Comprender lo que los adolescentes saben y perciben sobre la confidencialidad en la relación proveedor-paciente es imprescindible para ayudar de manera efectiva a los proveedores a navegar este aspecto de la atención con los jóvenes.

Al garantizar la confidencialidad de ciertas preocupaciones relacionadas con la atención médica, los pediatras apoyan el hito crucial del desarrollo de los adolescentes al fomentar la habilidad de toma de decisiones.

Beneficencia se refiere a la responsabilidad del clínico de priorizar el bienestar del paciente al tomar decisiones sobre la atención médica. Es esencial educar a las familias, tanto los padres/tutores como a los adolescentes, sobre los motivos por los cuales los médicos solicitan pasar parte de la visita solos con el adolescente y comenzar a hacerlo anualmente en la adolescencia temprana como parte de las mejores prácticas.

Los médicos deben conversar con los padres o tutores y el prea-dolescente o adolescente sobre la importancia que los adolescentes tengan tiempo a solas con sus médicos para que los ellos puedan expresar sus preocupaciones a los médicos y se les anime a asumir la responsabilidad de sus decisiones de atención médica.

Al igual que los cambios físicos en la pubertad, los cambios cognitivos de los adolescentes no dependen de la edad y, por lo tanto, la edad no es el factor determinante en la capacidad del adolescente para tomar decisiones de atención médica. 

La visita de 11 años, cuando se recomiendan vacunas múltiples y muchos niños están a punto de ingresar a la grados 6-11 del colegio, es un buen momento para comenzar a entablar esta conversación con los padres y sus pre-adolescentes. Los médicos deben continuar alentando la comunicación abierta y las discusiones sobre temas delicados entre padres y adolescentes.

El grado de autonomía que posee el adolescente también es crucial para determinar la competencia del adolescente para consentir. Al darle al adolescente la capacidad de tomar sus propias decisiones de atención médica, el proveedor está apoyando el crecimiento del adolescente como consumidor de salud. La maduración del cerebro del adolescente generalmente ocurre a medida que el adolescente progresa desde la adolescencia temprana hasta la tardía.

Leyes relevantes sobre el estado legal según la ley, un adolescente menor de 18 años generalmente se considera menor de edad. Sin embargo, los menores de 18 años pueden haber adquirido un estatus legal bajo una de las siguientes situaciones: menor maduro, menor emancipado, menor encarcelado o menor en albergues Si el estado de un menor ha sido designado como cualquiera de estos, se les puede otorgar algunos de los mismos derechos legales que los adultos, y esto afecta su derecho a obtener atención médica confidencial.

Menor maduro Un menor maduro es generalmente un menor que tiene suficiente intelecto y autonomía para proporcionar el consentimiento informado para la atención médica. Al determinar si un adolescente es un menor maduro, se debe considerar la edad cronológica y la madurez del desarrollo, el grado de autonomía, la capacidad de adherirse a la atención médica y la gravedad de la enfermedad frente a los riesgos de la terapia. Los médicos deben evaluar si un menor tiene la capacidad de tomar decisiones voluntarias y sopesar alternativas.

Menor emancipado: la emancipación, según la ley, se define como la entrega de los derechos parentales a un niño.
Las circunstancias en las que un menor puede considerarse emancipado, pueden incluir un menor casado, que vive lejos de sus padres o tutores legales, es financieramente independiente, está en el ejército o cuyo padre/tutor ha renunciado a sus derechos parentales.

Excepciones a la confidencialidad. Hay circunstancias en las que no se puede mantener la confidencialidad de un menor y el proveedor de atención médica tiene la obligación de divulgar información privada.

Abuso infantil: el juicio clínico y profesional es esencial al evaluar a los pacientes por abuso y explotación.

Otra excepción a la garantía de confidencialidad es el diagnóstico de enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea, la clamidia, la sífilis y el VIH que se encuentran en la categoría de enfermedades notificables.

Las estrategias que podrían usarse para evitar violaciones de la confidencialidad incluyen la restricción de incluir los diagnósticos confidenciales, medicamentos y pruebas de laboratorio en el resumen clínico impreso para los adolescentes menores de 18 años.

Brindar atención de alta calidad a los jóvenes puede ser un desafío, ya que los pediatrs deben desarrollar relaciones de confianza con los jóvenes, al tiempo que consideran la preocupación de los padres y las limitaciones clínicas. Las inquietudes con respecto a la confidencialidad en la atención médica continúan impactando las creencias y comportamientos de los jóvenes en formas que afectan su salud y bienestar.

Referencia: Pediatrics in Review 2019;40;508
                   J Pediatr 2019;213:196-202

Dr, Germán E. Silva Sarmiento
Especialidad - Pediatra
Sub-Especialidad - Medicina Interna Pediátrica
Director General - Pedia-gess.com
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